Vicente García de Paredes destacó dentro de la pintura de género, y sus obras llegaron a ser enormemente populares gracias a las reproducciones que de ellas se hicieron en las publicaciones ilustradas europeas. Inició su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en su ciudad natal, y posteriormente se trasladó a Madrid para realizar copias en el Museo del Prado. Participó en la Exposición de Bellas Artes valenciana, obteniendo una medalla de bronce en 1879. Tras obtener una pensión de la Diputación de Valencia, se traslada a Roma. En la capital italiana se dedicará a temas orientalistas, muy en boga entonces por influencia de Mariano Fortuny.
Hacia 1884 se encuentra ya en París, donde mantiene la tónica anterior, pero también abandona definitivamente la temática orientalista para consagrarse a los cuadros llamados “de casacas”. Se trata en su mayoría de escenas de salones amueblados al estilo de Luis XV, con figuras dieciochescas elegantemente vestidas, como el presente ejemplo. Típicamente parisinas son sus escenas urbanas, marcadas por una paleta de tonos pasteles y una fina pincelada. Paredes, como firmaba eludiendo el primer apellido, fue también un maestro acuarelista, y como tal expuso con asiduidad en el Círculo de Bellas Artes y en la Sociedad de Acuarelistas de París. La revista “Le Monde Illustré” publicó numerosas obras suyas.
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