Alfredo Claros García (Valencia 1893-Sueca 1965) se incluirá entre los pintores valencianos más próximos y más fieles al ruidismo, tanto por los temas que trata como por las técnicas pictóricas que utiliza. Sus óleos sobre tela retratan los personajes y las escenas más típicas del mundo rural valenciano, especialmente de la Albufera, con escenas de caza y de trabajo en los arrozales tan próximos al pueblo donde vivió buena parte de su vida (Sueca). Pero no sólo es el campo que atrae la atención de Claros. Los oficios, los personajes que representan las diversas etapas de la vida, los niños desnudos en la playa, las jóvenes lavando, los viejos en el casino, los cuerpos desnudos, la maternidad o determinadas escenas religiosas son sólo una muestra de la diversidad del obra de un pintor considerado «menor» ante los Sorolla, Benlliure, Pinazo, Stolz, Agrasot, etc., pero que supo captar con fortuna la realidad de su entorno fundamentalmente rural, y relativamente tranquilo, en medio de una época tan convulsa y cambiante como la que le tocó vivir. El libro, de gran formato, además de una biografía del pintor, reproduce a todo color la mayor parte de su obra.
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